Todos sabían, pero nadie dijo nada. Manuela se acercó a la multitud y la gente la saludó como siempre. Eso sí, ella notó que algunas mujeres la miraban con algo de recelo, o con rabia tal vez. Pero ella estaba acostumbrada y no le daba importancia. Los hombres la comenzaron a ver diferente desde ese día. Le decían frases seductoras y le hacían comentarios subidos de tono. A ella le encantaba el nuevo orden de las cosas; le gustaba que los hombres la desearan y no le molestaba que las mujeres la envidiaran. Lo más importante era hacer lo que le gustara y no otra cosa. Nadie le impondría nada más nunca. Finalmente era dueña de su destino. Libre y dueña de sí misma; ella en su totalidad. La alegría la embriagaba y no podía dejar de sonreír. Era feliz. Feliz. Feliz. Ya no dependía de nadie; nadie la amarraría más. Se habían roto las cadenas. De ahora en adelante viviría su vida como ella quisiera. Ella por siempre y para siempre. Siempre queriendo lo bueno. Siempre lo bueno. Lo bueno. Fue bueno que sucediera aquello que todos supieron pero que callaron forzosamente. Fue bueno que más nunca nadie hablara de eso. Fue bueno que ella estuviera en la tienda del gallego cuando su cuñada llamó a la policía. Fue bueno que el oficial se hiciera de la vista gorda al encontrar el cuerpo de Efraín en el sofá con la boca llena de espuma. Fue bueno que ella tirara el resto de las habichuelas por el inodoro. Fue bueno que Efraín se quemara en la hoguera del infierno. Fue bueno que ella tomara la decisión. Fue bueno que la llevara a cabo. Fue bueno que lo lograra. Fue bueno que todos la apoyaran. Fue bueno que Manuela ya no se llamara Manuel. Fue bueno que nadie dijera nada.
© 2007 PSR
** "Fue bueno" obtuvo Mención de Honor en el 1er. Certamen Nacional de Poesía, Cuento y Ensayo de la American University of Puerto Rico en Manatí, Puerto Rico 2009.
"Fue bueno" aparece en Yara y otras historias, por Patricia Schaefer Röder
©2010 PSR
Ediciones Scriba NYC, 2010
ISBN 9781732676718
A la venta en Amazon.com
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