Tuesday, February 23, 2021

MENCIÓN DE HONOR "Di lo que quieres decir" 2020: Nomar Borrero – Puerto Rico




SILUETA 
 
Sin querer miré 
tropecé con tu cuerpo 
con tus líneas. 
 
Inhalé tu piel 
tu aroma abrumante 
tu néctar carnal. 
 
La danza lunar 
reflejada en tus pechos 
mojando ecos. 
 
Una lágrima 
se pierde en tu vientre 
nadando mares. 
 
Encuentras manos 
donde jamás sentiste; 
ásperas, suaves. 
 
Te tuerces, gimes 
tu abdomen se contrae 
llueve un río. 
 
A luz de llamas 
aún duermes en mis brazos 
alba, ocaso. 
 
 
 
© 2020 Nomar Borrero 
 
 


MENCIÓN DE HONOR "Di lo que quieres decir" 2020: Octavio Hernández – México

 


PEZ 
 
Pero nada es 
solamente agua, sed 
roca inmóvil. 
 
Esperanzado 
imagen de aire 
corazón suelto. 
 
Zarpa tu nombre 
espumosa luz coral 
del mediodía. 

 

 

© 2020 Octavio Hernández 

 


MENCIÓN DE HONOR "Di lo que quieres decir" 2020: Edwin Colón Pagán – Puerto Rico

 


DI LO QUE QUIERES DECIR 

 

Deslumbra mi ser 

un cinco, siete, cinco 

de madrugada. 

 

Invoco el tema 

verbos radiantes entran 

por el tragaluz. 

 

 

La superluna 

se cuela desde el cielo 

inspira mi alma. 

 

Ondas de luz 

escoltan las palabras 

hasta la cama. 

 

 

Quinqué lunar 

refleja las mayúsculas 

en las sábanas. 

 

Un título alfa 

forma letra a letra 

la constelación. 

 

Enredaderas 

de luceros acunan 

las rimas blancas. 

 

 

Quiero planetas 

y emociones en órbita 

sobre mi trova. 

 

Unir estrofas 

ser la canción de cuna 

lluvia de estrellas. 

 

Imanta nanas 

mi aurora boreal 

de poesías. 

 

Estelar parto 

claros de luna mecen 

la breve métrica. 

 

Rayos de leche 

lactan mis líricas en 

la Vía Láctea. 

 

Emiten halos 

las vivas imágenes 

de los tres versos. 

 

Soy un cometa 

de coplas que sella el 

negro agujero. 


 

Di lo que quieres 

decir ¡a viva voz! 

frente al espejo. 

 

Embiste al toro 

con tu mejor sonrisa 

juicio o poema. 

 

Crea atajos 

al pie de las verdades 

y las leyendas. 

 

Imita al viento 

enarbola tu acrónimo 

como bandera. 

 

Revolotean... 

las letras capitales 

en mi siglema. 

 

 

© 2020 Edwin Colón Pagán 

 

 

MENCIÓN DE HONOR "Di lo que quieres decir" 2020: Francisco Pagán – Estados Unidos

 


 

AGUA 
 
Antes que nada 
eras tú (y tu forma) 
pintando cielos. 
 
Girando lenta 
o veloz entre estrellas 
de otros tiempos. 
 
Unida al fuego 
por el ombligo oscuro 
de algún destello... 
 
Antes que nada 
imitando tu forma 
fueron los cielos.  

 

© 2020 Francisco Pagán 

 



MENCIÓN DE HONOR "Di lo que quieres decir" 2020: Mario Gamboa – Costa Rica

 


NOSTALGIA 

 

No hay camino 

que me lleve de vuelta 

a tu recuerdo. 

 

Otrora vida 

ahora espejismo 

en invierno. 

 

Susurro azul 

en el oído tibio 

del atardecer. 

 

Tiempo perdido 

en el limbo oscuro 

de la ausencia. 

 

Analogía 

del viajero errante 

buscando el sol. 

 

Lirios en tumbas 

de estrellas fugaces 

y epitafios. 

 

Garras del reloj 

que arañan paredes 

y almohadas. 

 

Intelectuales 

buscando teoremas 

en caras falsas. 

 

A la distancia 

el frío mensajero 

de tu pasado. 

 

 

© 2020 Mario Gamboa 

 

 

MENCIÓN DE HONOR "Di lo que quieres decir" 2020: Isabel Hermosillo – México

 


CONFINAMIENTO

 

Contemplo atenta 

sin notar cambio alguno 

sobre mi rostro. 

 

Observo asidua 

calles y firmamentos; 

suspiro adentro. 

 

Nado en el cielo 

entre arrecifes blancos... 

¿Pecera o mundo? 

 

Final, comienzo; 

Noche y día, lo mismo: 

sueño despierta. 

 

Invoco a Orfeo 

Para sedar mi ansia… 

¡Mirad afuera! 

 

Nombro la vida... 

Pero ¿cómo sentirla 

siendo cautiva? 

 

Andariega fui 

me acompañan mis pasos 

como recuerdos. 

 

Miro ventanas... 

¡Salgo dejando el cuerpo! 

¿Siempre tuve alas? 

 

Incrédula estoy 

Ante el descubrimiento... 

¡Jaula sin barras! 

 

Exhalo lento 

Y para mis adentros... 

¿Me he ido lejos? 

 

No miro atrás 

ni delante: ¡existo! 

¡Y en todas partes! 

 

Tiempo sin pausa; 

reloj sin manecilla 

¿con o sin jaula...? 

 

Observo otra vez: 

¿Estuve atrapada, o…? 

¡libre entre el viento! 

 

 

© 2020 Isabel Hermosillo 

 

  

 

MENCIÓN DE HONOR "Di lo que quieres decir" 2020: Néstor Quadri – Argentina

 


NOCHE EN EL PARQUE

 

Noche se esconde 

cuando el sol del ocaso 

alumbra el parque. 

 

Obnubiladas 

las aves en tinieblas 

vuelan a nidos. 

 

Cantan los grillos 

y su eco con las flores 

aroma el parque. 

 

Hay en la noche 

luciérnagas con luces 

intermitentes. 

 

El parque oscuro 

ve asomarse la luna 

y amor presiente. 

 

 

En cita eterna 

se encuentran en la noche 

luna y amores. 

 

No eran farolas 

esas luces lejanas 

eran estrellas. 

 

 

Entre las sombras 

el chasquido de un beso 

rompe el silencio. 

 

La luna llena 

alumbra en el sendero 

a enamorados. 

 

 

Poeta es viejo 

pero la luna es joven 

y lo subyuga. 

 

Amor furtivo 

en el claro de luna 

no era inspirado. 

 

Rimando versos 

va pasando en el parque 

la larga noche. 

 

Quiere el poeta 

que la luna en la noche 

no lo abandone. 

 

Unas estrellas 

titilan despidiendo 

al cielo oscuro. 

 

El nuevo día 

tiene un sol escondido 

tras unas nubes. 

 


 

© 2020 Néstor Quadri 

 

  


 

El espantapájaros

 



Atardecía. Otro día se acababa en el campo. La calma reinaba al ponerse el sol suavemente en el horizonte tenue de principios de primavera. Todos regresaban a sus casas, a sus establos, a sus madrigueras. Todos se disponían a descansar junto a los suyos. Todos, menos el espantapájaros.

Siempre había sido así; a nadie se le hubiera ocurrido que fuese de otro modo. Pero esa tarde, algo se notaba distinto en el ambiente. Después de tanto tiempo, el espantapájaros se dio cuenta por primera vez de su existencia.

Comenzó a verse a sí mismo como un ser independiente de su entorno. Hasta ese momento se había sentido como un artefacto más de la granja, haciendo su trabajo rutinario, inmóvil, con los brazos extendidos lado a lado, los ojos apuntando siempre en la misma dirección y los pies enterrados en el suelo del campo. Le parecía normal ser tan sólo una parte del mobiliario, de las instalaciones agrícolas de la región. Sin embargo, un no sé qué lo sacó de su letargo de estatua utilitaria y al fin sintió. De pronto, aquella tierra fértil que hasta entonces lo sostenía, ahora lo aprisionaba. El viento que solía arrullarlo hasta dejarlo dormido, ahora lo helaba por dentro. Y la noche que antes le brindaba paz para descansar del trabajo diario, ahora lo hacía percatarse de su inmensa soledad.

Así pasó el tiempo, aumentando cada día la tristeza del espantapájaros. No comprendía por qué estaba solo, si era tan bueno en su labor y siempre cumplía con su deber cabalmente. ¿Por qué nadie querría ser su amigo?

Entonces, una noche de verano, al ver el rostro pétreo de la luna saliendo enorme por el este, el espantapájaros juntó todas sus fuerzas y logró zafarse de su grillete de arcilla y humus, un pie a la vez. Para evitar que lo reconocieran, se quitó las ropas. Caminó por los sembradíos buscando a alguien, a cualquiera, pero fue inútil. El campo estaba desierto.

Siguió avanzando hasta llegar al borde del bosque. Con los brazos caídos igual que su ánimo, se sintió más solo que nunca y deseó con todas las fuerzas pertenecer a una familia; no importaba a cuál. Anhelaba ser un miembro vivo e importante de un grupo; necesitaba sentirse orgulloso de su existencia y no quería que ningún ser le tuviera miedo.

Cansado, arrastró los pies por el bosque oscuro en busca de refugio y abrigo. En un claro, vio los enormes abetos que tocaban las estrellas con sus ramas y se emocionó profundamente. Mientras más los detallaba, más se maravillaba. Una desconocida sensación lo llenaba de paz. De pronto, para su propio asombro y sin querer evitarlo, sus brazos comenzaron a levantarse de nuevo, llenándose de una extraña energía. Los pies cansados se proyectaron hacia abajo, perforando el suelo del bosque, y aquel cuerpo de heno se fue fortaleciendo en una gruesa corteza parda de la cual nacía musgo verdiblanco. La felicidad lo embargó cuando de los brazos, pecho y cabeza brotaron ramas con hojas.

Amanecía. Las aves del bosque revoloteaban entre el follaje, posándose alegres sobre el nuevo gran abeto. Buscaban alimento y lugar para construir sus nidos. Había un rumor extático en el ambiente. Y en su interior, él sonreía.


©2013 PSR


"El espantapájaros" aparece en A la sombra del mango por Patricia Schaefer Röder 
Ediciones Scriba NYC 2019 
ISBN 9781732676756 

Mención de Honor en los ILBA 2020 
 



Monday, February 22, 2021

TERCER PREMIO "Di lo que quieres decir" 2020: Frank Lugo – Puerto Rico

 



NO ME OCULTES EL CIELO

 

Navegaremos 

el desierto gratuito 

semiestrellado. 

 

Ocuparemos 

tiempos ajenos, cuerpos 

ojos nocturnos. 

 

 

Manejaremos 

bajo nubes de fuego 

la ciega barca. 

 

Entregaremos 

nuestra piel, nuestros hijos 

anhelando el sol. 

 

 

Olvidaremos 

dormir a luna abierta 

aurora es otra. 

 

Caminaremos 

sin interrogaciones 

basta la tarde. 

 

Ulularemos 

la humanidad perdida 

fieras sin aire. 

 

Lamentaremos 

combustible olvidado 

tras la tormenta. 

 

Toleraremos 

traducir el ocaso 

en arcoíris. 

 

Escucharemos 

abrir puertas con alas 

a otro balcón. 

 

Señalaremos 

a los extraterrestres 

de la embarcación. 

 

 

Escalaremos 

entre las sombras tibias 

otro amanecer. 

 

Levantaremos 

testigos a la luna 

llena tu balcón. 

 

 

Celebraremos 

el niño en las alturas 

ara el corazón. 

 

Iniciaremos 

la cuerda travesía 

en reverencia. 

 

Extrañaremos 

el adiós y el olvido 

la puerta estrecha. 

 

Levantaremos 

cestas a muchedumbres 

se abren los puertos. 

 

Observaremos 

libre sol, tierra firme 

surcos abiertos. 

 

SEGUNDO PREMIO "Di lo que quieres decir" 2020: Yajaira Álvarez – Venezuela

 


DISTANCIA

 

Días solares 

la niña de fábulas 

rompe tu nombre. 

 

Ilesas canas 

reúnen girasoles 

del primer beso. 

 

Si el hijo peina 

cabellos de la madre 

olvida exilios. 

 

Tangible línea 

tronchan dos almas firmes 

su amor ondean. 

 

Al abismo caes 

frente a esta foto vieja 

de amigo sol. 

 

Nube de fina 

alma, doblan tus pies 

en mucho suelo. 

 

Coronavirus 

que ovulas muerte ciega 

serás olvido. 

 

Intacto sueño 

ciñe mi amor a tu isla 

mi Puerto Rico. 

 

Abre las manos 

del corazón el mundo 

y hunde tus voces. 

 



PRIMER PREMIO "Di lo que quieres decir" 2020: Enmanuel Colmenares Arandia – Venezuela

 



HUMANIDAD FRÁGIL KM2

 

He percibido 

la frágil humanidad 

en mapamundi. 

 

Un virus quebró 

la respiración dentro 

las coordenadas. 

 

Mientras tanto yo 

me refugio con tinta 

en cuarentena. 

 

Además noto 

unas fosas comunes 

por noticiero. 

 

Nunca derramé 

tantas lágrimas tristes 

sobre mis hojas. 

 

Intento plasmar 

la languidez que somos 

con un escrito.

 

De ahí que lloro 

por vivir presurosos 

como los rayos. 

 

Aquí y lejos 

suben los contagiados 

como los muertos. 

 

Después de todo 

Dios es un clamar de mí 

a geografía. 

 

 

Frágil el cuerpo 

intensa la súplica 

desde los truenos. 

 

Recular tiempo 

es un avanzar hasta 

Apocalipsis. 

 

Ágil y veloz 

la Covid-Diecinueve 

en el planeta. 

 

Gemidos penan: 

pandemia contra dolor 

es la longitud. 

 

Invitad ruegos 

médicos, enfermeras 

con fe resisten. 

 

Lo vulnerable 

y mis letras descienden 

como diluvios. 

 

 

Kilómetros de 

tormentos sobrelleva 

linaje mío. 

 

Metro por metro 

asirse perdurables 

y no fugaces. 

 

2 mil veinte es 

sacudida del cielo 

papel mojado. 


La sirena

 




La sirena divisó su playa a lo lejos. Seductora, rozaba el cuerpo entre las olas, posándose en la misma roca. Una vez más, cantaba enamorada. Entonaba notas mágicas que poco a poco se colaban entre mangles y palmeras, entre almendros y uveros, pasando traviesas por veredas y senderos, hasta la aldea de pescadores. En la oscuridad, la luna aún dormía como la gente del pueblo. La sirena cantaba y cantaba, segura de que pronto vendría a hacerle compañía. Su melodía dulce al fin tocó los oídos justos, que la esperaban cada mes con ansias y al mismo tiempo con tanta serenidad. Musitaba mirando la orilla, anhelando que apareciera. Entonces sucedió. Con la salida de la luna, una figura caminaba por la playa, comenzando a arrojar una leve sombra sobre la arena, mientras se acercaba al borde del mar. La sirena sintió el corazón latir más fuerte y en medio de su canto, la sonrisa se volvió más amplia. Había venido. Finalmente, la figura entró en las aguas, dirigiéndose hacia ella con la placidez de quien se reconoce en un espejo. La sirena se deslizó por la espuma ondulante, nadando hacia el divino encuentro. Llegó, e inmersa en el abrazo tan deseado, acarició su cabellera larga y plomiza, y la besó con infinita ternura en medio de la luz plateada que llenaba la bahía. De nuevo era noche de luna llena.

©2013 PSR  


"La sirena" aprece en A la sombra del mango por Patricia Schaefer Röder 
Ediciones Scriba NYC 2019 
ISBN 9781732676756 

Mención de Honor en los ILBA 2020